Buenas noches, Laura y Leopoldo. Comprendo su preocupación por la situación de su hijo que, por otra parte, no es nada infrecuente en los niños pequeños con y sin síndrome de Down. Parece que se trata de un problema de conducta que le lleva a rechazar la comida por alguna asociación negativa. Por eso, lo aconsejable en estos casos es utilizar una estrategia de aproximaciones sucesivas, es decir, ir poco a poco introduciéndolo en la ingesta de alimentos. El primer paso es que ustedes traten de no manifestar su agobio ante esta circunstancia para que el niño no perciba esa ansiedad y eso le afecte de una forma negativa (no comiendo). Así opues, creo que deben ustedes mostrar cierta indiferencia y tranquilidad (sé que no es fácil) para no convertir el momento de la comida en un calvario. Por ejemplo, ofreciendo en primer lugar muy poca cantidad de algo que le puede gustar, aunque lo rechace de antemano (una cucharada o una toma de tenedor de algo); ésa es su comida y cuando la tome, pasar a lo que coma habitualmente. Logicamente, ese «primer plato» hay que ir aumentándolo poco a poco. Conviene ser un poco «tajante» y coherente para que el niño no se aproveche de su buena fe (la de ustedes), que pueden estar tentados a abandonar su estrategia por lástima; esto no es un castigo, al contrario, es un intento de ayuda (ojo, no siempre da resultado, pero el niño debe tener claro lo que ustedes esperan de él). En mi opinión, en el jardín integrado deberían poner los medios para que el niño tome la comida (sentarlo, ofrecerle poca cantidad, «forzar» un poquito); lo más seguro es que ya lo estén haciendo. Lo digo porque lo apropiado es que todos vayan en la misma dirección. Entiendo que esto no es sencillo, desespera un poco porque la solución y los resultados positivos no son inmediatos. Insisto, no se agobien ni agobien al niño más de la cuenta; póngase un poco serios a la hora de exigir lo que esperan de él, sin presionar mucho; vayan poco a poco y déndle la recompensa de lo que come habitualmente cuando haya tomado muy poco de lo que ustedes le ofrecen. Estamos en contacto para lo que necesiten y sigan las orientaciones de los profesionales que atienden al niño y lo conocen mejor. Suerte y un abrazo. Isidoro Candel