La atención temprana no es como un antibiótico que se receta cuando hay fiebre o infección y se aplica dos o tres veces al día. Es un conjunto de intervenciones dirigidas al niño, a la familia y a su entorno para apoyar el desarrollo y la dinámica familiar ante una discapacidad o una situación de alto riesgo. La atención temprana no implica necesariamente un tratamiento sistematizado y periódico; una de sus modalidades es el seguimiento, es decir ir supervisando la evolución del niño y de su familia una vez al mes, o al trimestre…, como se decida.

Un niño con síndrome de Down puede evolucionar bien, evidentemente, pero estamos ante un caso de un niño de alto riesgo por una alteración genética que ocasiona algunas disfunciones neurológicas, con unas repercusiones funcionales. Por tanto, hay que ir controlando ese proceso para anticiparse antes de que surjan problemas mayores. Del mismo modo, pueden surgir dificultades en la dinámica familiar y el seguimiento también compromete a los padres para ayudarles en su proceso adaptativo. En consecuencia, y en mi opinión, la atención temprana deben empezarla ya, pero entendiendo en qué consiste y qué aplicación les resulta más adecuada en este momento. Seguimos en contacto para lo que necesiten. Un abrazo. Isidoro Candel