Noticia31 Mar 20214 minutos de lectura

“Tengo síndrome de Down y he superado el COVID-19 con 47 años”

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El pasado mes de febrero, casi por casualidad al hacer una prueba rutinaria, los médicos informaron a la familia de Luis de que él y otros miembros de la familia tenían COVID-19. La sorpresa fue mayúscula y muy preocupante, pues Luis tiene síndrome de Down y 47 años, por lo que forma parte de un grupo de mucho riesgo frente a la COVID-19.

“He tenido el virus, pero ya estoy bien”, afirma Luis en una entrevista a DOWN ESPAÑA.

Las personas con síndrome de Down tienen un envejecimiento prematuro y a partir de los 40 años su estado físico se asemeja al de personas de más de 70 años. Según ha demostrado recientemente una investigación internacional de la Sociedad Científica T21rs, las personas con síndrome de Down mayores de 40 años tienen un riesgo muy alto de enfermedad grave o fallecimiento ante el contagio por coronavirus. Por ello, acaban de ser incluidos en el grupo de vacunación de las personas de 70-79 años.

Los primeros días desde la noticia de que tenía COVID-19, Luis parecía encontrarse bien, pero cada vez le costaba más respirar y finalmente, tuvieron que ingresarle. Luis vive con su hermana Betty, el marido de ella y sus hijos en un pequeño pueblo de Ourense. Tuvo que ir a buscarle una ambulancia y llevarle a él solo al Hospital de Ourense, pues el resto de familiares estaban también contagiados.

Por protocolo sanitario, Luis tenía que estar solo, algo que angustiaba mucho a su familia. Según les informaron, aquellos primeros momentos Luis estaba nervioso, no quería ponerse un pijama –él es muy presumido-  y se dedicaba a sacar y clasificar cosas de la papelera de su habitación.

“Estaba cansado y preocupado. Tenía que estar quieto. Lloraba porque echaba de menos a Betty [ su hermana] y quería irme a casa. Pero venían las enfermeras”, Explica Luis.

Desde DOWN OURENSE, asociación de la que Luis es usuario, intentaron ayudar y conseguir que estuviera acompañado y, aunque en un principio no fue posible, pudo hablar con su familia a través de una tablet y contar con el apoyo de la psicóloga del hospital, Nuria Seijas. “Conseguir ese apoyo para Luis y para su familia fue clave”, afirma Elena Vaamonde, coordinadora de la asociación gallega.

Nos preocupaba mucho la parte cognitiva y emocional de Luis; en una situación de ingreso con las condiciones que vivió, sin comprender la situación que le rodeaba, un contexto nuevo para él, con contacto con personal sanitario uniformado con los EPI´s…Entendíamos que también podía impactar negativamente en un deterioro cognitivo tras el ingreso”, asegura Vaamonde.

A pesar de la preocupación del personal sanitario, de su familia y de su asociación, Luis asegura que estaba entretenido y sin miedo. “No me aburría. Veía la televisión, pintaba y hacía cuentas”, explica Luis.

Seguían pasando los días y parecía que Luis se encontraba estable, hasta que volvió a subirle la fiebre y tuvo que ser trasladado a la UCI. Fue entonces cuando la preocupación y el miedo de sus familiares se volvió casi insoportable: “Fue un tremendo mazazo”, asegura su hermana Betty.

Luis entró en un estado de alarma y frustración, por lo que se mostraba poco colaborativo y muy nervioso. Poco a poco, el grupo de sanitarios que le atendía, con mucha paciencia y ternura, le fue calmando consiguió que Luis, a pesar de haber cambiado de nuevo de escenario, volviera a estar tranquilo y a recuperarse.

“Me cuidaban. Estaba contento al ver a las médicas. Me veían el corazón, ponían la vía”, recuerda con cariño Luis.

Pasado el maltrago de la UCI, Luis volvió a planta, donde pudo retomar sus llamadas con su familia y sus entretenimientos. Además, los diferentes compañeros de habitación que le acompañaron fueron toda una ayuda, pues le explicaban las rutinas del hospital y le hacían mucha compañía. Incluso recibió la visita inesperada de su querida hermana Betty, con la que se emocionó.

Finalmente, tras 19 días de ingreso, Luis recibió el alta y salió del hospital entre los aplausos del gran equipo de médico que le atendió. Se trata de un caso realmente excepcional. Ahora. Luis está feliz y muy contento tras haber superado el COVID19 y porque según afirma muy orgulloso, ahora es “famoso”.