Atención temprana20 Ene 20203 minutos de lectura

La calidad del sueño afecta al desarrollo lingüístico de los niños con síndrome de Down

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El sueño juega un papel crucial en el desarrollo de las habilidades lingüísticas de niños con síndrome de Down, síndrome de X frágil y el síndrome de Williams, según ha puesto de manifiesto un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Anglia Ruskin (Reino Unido) y que ha sido publicado en la revista ‘Research in Developmental Disabilities‘.

Para realizar el estudio, los expertos compararon el vocabulario y los patrones de sueño de 75 bebés y niños con alguna de las mencionadas alteraciones del neurodesarrollo, junto a 30 niños de la misma edad sin ellas.

De esta forma, comprobaron que el sueño se interrumpía entre los niños con síndrome de Down, síndrome de X frágil y el síndrome de Williams y que el grupo de niños sin alteraciones dormía aproximadamente 50 minutos más por noche que los anteriores. Además, los expertos observaron que cuanto más dormían los niños que tenían las alteraciones indicadas, más palabras sabían. De hecho, por cada 10 minutos más de sueño, los niños entendían el significado de seis palabras más.

«Se necesita más investigación para explorar si las intervenciones tempranas para mejorar los patrones de sueño de los niños con síndrome de Down, síndrome de X frágil y síndrome de Williams serían tan beneficiosas para sus habilidades lingüísticas como las intervenciones posteriores en su desarrollo que apuntan específicamente al aprendizaje de idiomas», han zanjado los investigadores, según informa Europa Press.

Puntos fuertes relativos

No existe un perfil común de personas con síndrome de Down en lo que respecta a las habilidades lingüísticas, sino una amplia variabilidad en lo referente al desarrollo del habla y del lenguaje. Por ejemplo, tal y como describen en down21.org, algunos niños pueden decir sus primeras palabras a los 9 meses y otros a los 7 años, y empiezan a combinar dos palabras en un rango de edad  que va desde los 18 meses a los 11 años. Sin embargo, sus puntos fuertes y débiles casi siempre implican una combinación de ciertas áreas de la comunicación.

Es cierto que la mayoría de los niños con síndrome de Down necesitan en mayor o menor medida la atención de un logopeda en los primeros años de la escuela elemental, pues tienen factores de riesgo que les dificultan más el habla y el lenguaje. La logopedia es esencial para la mayoría de ellos, pues logra elevar al máximo sus capacidades comunicativas.