«El lugar de Tim» (Tim’s Place) está situado en Albuquerque, Nuevo México, y su dueño se ocupa cada día de atender a sus clientes personalmente y de que no les falte de nada. Ni siquiera una muestra del afecto que cualquier empresario debería tener por su clientela.

Por eso lo primero que hace Tim cuando alguien entra en su local es recibirle con un abrazo. Incluso ha instalado un contador oficial de abrazos donde va llevando la cuenta día a día.

«El lugar de Tim» es el único restaurante en el mundo que tiene como propietario a una persona con síndrome de Down. «Es el sitio más feliz del mundo. Es un restaurante de desayunos, almuerzos y abrazos. Los abrazos son la mejor parte», señala el propio Tim.

Todos los días, Tim se levanta a las 5:30 de la mañana y camina siete manzanas para llegar a su local. «Me emociona mucho ir al trabajo, así que bailo en el aparcamiento. Es un baile de magia», cuenta emocionado.

Tim no sólo se encarga de recibir personalmente a sus clientes; también les pregunta por su vida, se interesa por ellos, y se ocupa del personal, animándoles constantemente.

«Mi mayor preocupación es la gente que entra por la puerta. A veces mis clientes están tristes, pero les doy un abrazo y se sienten mucho mejor. Los abrazos son mucho más potentes que la comida?, señala el joven.

Tim está muy contento siendo dueño del restaurante. «No dejé que mi discapacidad acabara con mis sueños. Las personas con discapacidad pueden conseguir cualquier cosa que se propongan. Somos regalos para el mundo», concluye sonriendo.