Noticia11 Dic 56004 minutos de lectura

El juego simbólico como estimulación del lenguaje en niños con síndrome de Down

El juego es uno de los comportamientos más naturales y frecuentes que se dan en la infancia. Se considera no solo como un agente de placer y de socialización, sino como una actividad que, sin perder su carácter informal y espontáneo y utilizándose de forma continua y planificada, puede ser de gran valor terapéutico en el aprendizaje del lenguaje del niño.

Foto: CEIP La Granja.

Foto: CEIP La Granja.

A través de los años, numerosos estudios del desarrollo infantil han centrado sus investigaciones en la observación y análisis de tan particular conducta, con el objeto de adquirir mayor información sobre las consecuencias evolutivas que el juego parece tener.

Es por ello, que se considere de vital importancia la participación de los padres en el aprendizaje de su hijo. Es deseable por tanto, que se aliente a los padres a participar activamente en los juegos con sus hijos con Síndrome de Down, hacerles saber que, como compañeros de juegos más expertos en el aspecto psicolingüístico, pueden favorecer la adquisición del lenguaje.

En el juego entre el niño y el adulto con objetos, se va creando una acción conjunta que va a favorecer no solo un intercambio comunicativo sino un desarrollo motriz en el niño, que le va a permitir iniciarse en la exploración del mundo externo que le rodea, así como la experimentación de las nuevas sensaciones que éste le ofrece.

Es decir, a través del juego con los objetos, la mente del niño se abre para entender el mundo, comprendiendo y asimilando la utilidad y propiedades de los diferentes objetos que le son presentados. Pero no solo se produce un desarrollo cognitivo, sino también afectivo, pues el niño suele proyectarse más libremente en estas actividades al no tener que acomodarse a la rigidez de la realidad.

Existen procedimientos específicos que, utilizados a través del juego, facilitan la interacción y favorecen el desarrollo del lenguaje. Estas técnicas utilizadas en un contexto lúdico y con juguetes simbólicos, nos pueden proporcionar herramientas didácticas con las que trabajar aquellas áreas del lenguaje que se consideren deficitarias o con retraso, sobre todo a nivel expresivo, donde el síndrome de Down suele presentar mayor dificultad.

Teniendo en cuenta la relación entre entrenamiento en juego simbólico y las funciones cognitivas que implican, podemos considerar que el ejercicio continuo de actividades de juego favorece el desarrollo del lenguaje, además de otras conductas como la socialización o la resolución de problemas. A su vez, el juego lingüístico, incorpora la utilización de diversas tareas cognitivas: asociación, clasificación, análisis, síntesis, elaboración de esquemas, selección de información?.
 
Queda claro por tanto, que el juego adquiere en la infancia un valor psicopedagógico evidente siendo, además del medio más natural de los niños para el desarrollo personal y el aprendizaje positivo, la fuente más importante de progreso y aprendizaje, a través del cual, no solo se desarrollan aspectos cognitivos (como la memoria, la atención y el rendimiento) sino que además, fomenta la superación del egocentrismo cognitivo, desarrolla la imaginación y la creatividad, estimula la construcción y favorece  el desarrollo del lenguaje.

Pero lo más importante, es que mediante el juego, ofrecemos a nuestro hijo ese mundo aparte donde es capaz de representar su rol, es decir, interaccionar  eficazmente consigo mismo y con el mundo que le rodea, sentir placer y expresar sus más profundos sentimientos y emociones que le permiten realizarse como persona.

  • Documento completo

Puedes descargar el artículo completo de María del Castillo.