Noticia26 Ene 20227 minutos de lectura

Buceo y síndrome de Down: experiencias y claves a tener en cuenta

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La sensación de aventura, de conexión con la naturaleza y con la vida marina, la relajación y la sensación de libertad que podemos experimentar al bucear hacen que esta actividad cada vez gane más adeptos en todo el mundo.  También es cierto que es una práctica deportiva que exige algunas cualidades y condiciones físicas, como una adecuada capacidad cardiopulmonar, un buen control del cuerpo y una musculatura fuerte, hasta para el nivel de principiantes. Es por ello, que hay quien supone que las personas con síndrome de Down no pueden o no deben practicar el buceo recreativo/turístico.

En DOWN ESPAÑA, hemos querido compartir la experiencia de Emmanuel, un joven con síndrome de Down amante del buceo y la de Marco Antonio Sánchez, uno de sus instructores. Además, contamos con la opinión de dos médicos especialistas en síndrome de Down: Fernando Moldenhauer, responsable de la Unidad de Atención al adulto con síndrome de Down del Hospital de la Princesa en Madrid y José María Borrel, médico experto y miembro del Comité Médico Asesor de DOWN ESPAÑA, quienes explican si el buceo puede ser practicado por personas con síndrome de Down.

Sin duda, la experiencia del joven estadounidense Emmanuel, es todo un ejemplo al haber realizado 12 inmersiones como buzo (bautismos de buceo sin certificación) en diferentes partes del mundo.

 “Me encanta bucear, sobre todo mi equipo de buceo”, afirma el joven de 25 años.

Todo surgió cuando Emmanuel se encontraba en Jordania ofreciendo una charla sobre el síndrome de Down. Al terminar, él y su padre quisieron disfrutar de unos días de vacaciones y realizar snorkel en el Mar Rojo. El joven estaba encantado, -practica snorkel desde los seis años de edad-, por lo que uno de los instructores le preguntó si le gustaría bucear algún día, algo que emocionó al joven.

Fue en su siguiente ponencia, en Trinidad y Tobago, donde Emmanuel buceó por primera vez. Tras un cursillo teórico, practicó buceo durante cinco días y quedó fascinado. “Vi morenas, peces lagarto y peces loro”, señala Emmanuel, quien además de ser un amante del buceo, practica natación y golf.

El hecho de ser un buen nadador, reforzó la confianza de Emmanuel, quien afirma que no tuvo necesidad de prepararse para bucear más allá del cursillo, pues según dice, sabe “nadar muy bien” y es “muy valiente”. “No me pongo nervioso cuando buceo. Soy todo un profesional”, señala.

Tras su primera toma de contacto, Emmanuel volvió a bucear en la Península de Yucatán, México, donde el instructor Marco Antonio Sánchez de CX DIVERS, le acompañó como guía. “Fue una experiencia muy gratificante. Emmanuel es una persona muy transparente, y aunque llega ansioso antes de bucear, después se relaja y disfruta muchísimo”, afirma el instructor.

Marco Antonio, que cuenta con más de 20 años como dive master de buceo, explica que antes de bucear con Emmanuel, “fue esencial hacer un cuestionario para saber hasta donde era independiente y con esto dejar claros de los requerimientos para bucear de forma segura”. “Además, es sumamente importante que la persona decida bucear por sí misma, es decir que no lo haga por que alguien más quiere, si no por interés personal y esto aplica para cualquier buceador con o sin síndrome de Down” , recalca.

Después, del realizar el cuestionario y de mostrar su interés en bucear, alumno e instructor, disfrutaron de cinco días de buceo “donde pudimos ver una gran evolución en Emmanuel como buzo”.

Para el joven Emmanuel, a quien también le gusta “leer sobre astronautas y el espacio” , bucear es toda una demostración de la cantidad de actividades que pueden realizar las personas con síndrome de Down. “Podemos hacer muchas cosas. Tenemos que seguir nuestros talentos. Me gusta ser un ejemplo. Soy un embajador de Esperanza”.

Por el momento, el joven, que vive en Illinois, no ha obtenido una certificación, algo que ofrecen algunas agencias que se especializan en buceo adaptado, según explica Marco Antonio, quien anima a las personas con síndrome de Down a bucear “siempre y cuando sus condición física lo permita y lo hagan en centros de buceos formales y con gente profesional”.

“Lo recomiendo ampliamente, ya que es una práctica que requiere de mucha coordinación, confianza y sobre todo nos pone en contacto con un medio ambiente que no es habitual y esto nos activa muchos sentimientos indescriptibles”, recalca.

Visión médica sobre el buceo y el síndrome de Down

El buceo es una actividad que requiere unas condiciones físicas concretas, además de un control mental adecuado, pues es fácil ponerse nervioso ante la cantidad de conceptos e instrumentos que hay que tener en cuenta.

El doctor José María Borrel, médico experto de DOWN ESPAÑA y miembro de nuestro Comité Médico Asesor, señala que antes de tener en cuenta otros factores es esencial que la persona con síndrome de Down tenga la voluntad de bucear y que no se deje llevar por familiares o amigos.

Desde el punto de vista médico, Borrel explica que veremos que las condiciones que debe reunir una persona con síndrome de Down “serán las mismas que se exijan para el resto de la población”. “Puede parecer una actividad sencilla, pero es una práctica de riesgo y no podemos andar rebajando exigencias. No nos podemos plantear una discriminación positiva en este terreno”.

“Por supuesto, antes de nada, es necesario que cualquier persona sea capaz de comprender el tipo de actividad en la que se mete. Hay quien tiene pánico una vez que se ve en el fondo… La persona con síndrome de Down está en condiciones de lograr casi todo lo que se proponga o al menos tiene la opción de intentarlo. Después, centrándonos en los posibles problemas médicos de las personas con síndrome de Down, habrá que descartar problemas cardiocirculatorios, respiratorios, ótico-tubáricos (y del equilibrio)….” Para ello, según explica el experto, habría que realizar “indudablemente ese reconocimiento médico exhaustivo, en el que localizar causas que contraindiquen o simplemente desaconsejen esta práctica. Nuevamente, vemos que es algo que ya se exige para todas las personas que quieran practicarlo”.

Además, Borrel señala que, por parte de los instructores, “será necesario saber si la persona ha adquirido el nivel técnico exigible, que conoce los elementos de que dispone, sabe los riesgos y señales de alarma…”. “No todos lo van a lograr, y mucho menos un nivel de experto, pero es importante que quien se quiera iniciar, lo haga con expectativas razonables como actividad lúdica”.

Por su parte, el doctor Fernando Moldenhauer, explica que no ve motivos para considerar que las personas con síndrome de Down tengan ningún impedimento especial por la misma condición en sí para practicar el buceo, excepto si presentan cardiopatía o cualquier otro problema de salud concreto. Evidentemente, la hipotonía muscular no facilita esta actividad deportiva, pero no atisbo ninguna contraindicación formal para su práctica.

Teniendo en cuenta los consejos médicos y profesionales, además de la experiencia del joven Emmanuel y de otras muchas personas con síndrome de Down que bucean en todo el mundo, desde DOWN ESPAÑA, queremos destacar que cualquier práctica deportiva con las necesarias garantías médicas y psicológicas es muy recomendable para las personas con síndrome de Down al igual que para el resto de la población.

Puedes seguir las aventuras del Emmanuel en su perfil de instagram: @emmanuel.bishop