Estimada Cristinna: realmente tienes entre manos a una niña con síndrome de Down que además presenta problemas de conducta. Eso no es nada raro. Vamos a ver si yo soy capaz de ayudarte, teniendo en cuenta las limitaciones obvias de espacio y de escasez de conocimientos del caso.

Pienso que, en primer lugar, debes hablar con los padres y ayudarles, si puedes, a que tomen cartas en el asunto, es decir, que todas las personas que rodean a la niña se pongan de acuerdo en abordar una intervención armónica y adecuada. No sé cuáles serán los niveles de desarrollo de la niña. En cualquier caso, otra cuestión que hay que tener en cuenta es la comunicación: a veces, los niños con problemas para comunicarse pueden presentar alteraciones en su comportamiento, porque desconocen las estrategias apropiadas.

Es evidente que hay que reprimir las conductas negativas para que vayan desapareciendo, y ofrecerle alternativas con el fin de que la niña las vaya asumiendo poco a poco. A la vez, refuérzale (premia, alaba) las conductas positivas, que sin duda la niña tendrá.

Respecto a su afectividad, habría que actuar en el entorno ofreciendo, al menos, el mínimo cariño y seguridad que todo niño necesita para desarrollarse. En este apartado, es fundamental la actuación de los padres. No sé si la niña asiste a algún colegio. Sería interesante saber cómo se relaciona con otros niños, con los profesores… También, conviene que observes su forma de jugar; si lo hace adecuadamente, si hay actividades que le gustan más, y a través de ellas, puedes ir ofreciendo modelos de comportamiento.

Tienes razón: no basta con la paciencia y el cariño. La niña también necesita exigencia, ponerle límites, para que sepa lo que puede o no hacer, y así vaya adquiriendo confianza en sí misma. Te aconsejo que recojas información de otras personas que tienen relación con la niña en otros contextos; así sabrás si esas conductas están o no generalizadas. Si te parece, podemos seguir en contacto para ver la evolucion de la pequeña; nos vas refiriendo más detalles y trataremos de ir orientándote.

Y te pido que no te agobies, porque no tienes culpa de estas conductas.

Suerte y un abrazo. Isidoro Candel