Educación3 Sep 20183 minutos de lectura

“Unas lágrimas gruesas corrieron por mi rostro, pero no cayeron por la razón que yo había imaginado: no tenía miedo por ti, estaba orgullosa de ti”

Portada post “Unas lágrimas gruesas corrieron por mi rostro, pero no cayeron por la razón que yo había imaginado: no tenía miedo por ti, estaba orgullosa de ti”

El primer día en preescolar es importante no sólo para el alumno, sino también para sus padres. En este post de la estadounidense Jillian Benfield refleja las primeras sensaciones que experimentó el primer día de colegio de su hijo Anderson.


Querido Anderson,

Hoy es tu primer día de colegio. Es un gran día para cualquier niño, pero lo es aún más para ti. Este día ha llegado antes por tener síndrome de Down. Sólo tienes 3 años y vas a ir al colegio público los cinco días de la semana, algo que tu hermana mayor aún no ha hecho. Pero pienso que lo necesitas y que tú también lo quieres, así que te dejo ir…

Estuve ayer todo el día preocupada. No sabía si entenderías que tenías que subirte a un autobús tan temprano. Hablamos sobre ello. Te enseñé fotos, cantamos “las ruedas del autobús” una docena de veces. Me sorprendiste cuando antes de irte a la cama me dijiste “autobús chulo”. ¡Lo sabías!

La gran prueba vino cuando un gran y resplandeciente autobús amarillo apareció por nuestra casa. Pensé que te asustarías, o que al menos vacilarías. Pero tal y como siempre haces, me demostraste que mis miedos eran infundados pues prácticamente saltaste de mis brazos y subiste esas grandes escaleras de color marrón.

Observé cómo te abrochabas el cinturón y te despedías como si no fuera gran cosa. Pero para mí, fue algo tremendo. Inspiré mientras te alejabas. Unas lágrimas gruesas corrieron por mi rostro, pero no cayeron por la razón que yo había imaginado. No tenía miedo por ti, estaba orgullosa de ti.

Estoy tan orgullosa de ti…

Hoy es el primero de muchos días en tu vida escolar. Sé que algunas cosas serán más difíciles para ti que para los otros niños sentados en el círculo. Pero, mi amor, si abordas esas cosas con el mismo entusiasmo que demostraste hoy en tu primer día, será suficiente.

Tú eres suficiente.

Creo que tu futuro será brillante. El mío es mucho más brillante porque tú estás en él.

Así que esto es lo que quiero que sepas: intenta siempre hacerlo lo mejor posible. Sigue demostrando que mis miedos están equivocados y enséñales quién eres a los que tienen prejuicios de lo que eres. Aprende todo lo que puedas y, por favor, no dejes de enseñarme el camino.


El artículo original (en inglés) está disponible a través de este enlace.