Noticia24 Ago 20183 minutos de lectura

Una nueva conquista en la igualdad de oportunidades de las personas con síndrome de Down, esta vez en Para-Kárate

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Carlos y Jesús llevan desde los 8 años practicando kárate en un gimnasio de su ciudad, Ávila. Puntualmente, acuden a sus entrenamientos junto a otros compañeros, entre los que se encuentran deportistas con y sin discapacidad, y han llegado a conseguir sus respectivos cinturones negros, la máxima distinción dentro de los grados de principiante de este deporte. En kárate, el siguiente paso es la obtención de los Dan, los grados que se encuentran dentro del nivel más avanzado.

Sin embargo, en 2003 –cuando obtuvieron su cinturón negro- se toparon con un techo debido a su discapacidad, ya que en la normativa de grados del Para-kárate no se contemplaba que las personas con discapacidad intelectual pudieran examinarse para la obtención de los Dan.

Su entrenador, Antonio Pérez, con la ayuda de las familias y de los propios Carlos y Jesús emprendieron una lucha para cambiar esta normativa, donde han contado con la ayuda de la Real Federación Española de Kárate que, con su presidente  Antonio Moreno a la cabeza y los miembros del Departamento Nacional de Para-kárate, hicieron suya la causa y consiguieron que se cambiara. Y es que, recientemente, el Consejo Superior de Deportes ha aprobado dos nuevas normativas para el Para-Kárate: la de competición y de grados. Gracias a esta última, las personas con discapacidad intelectual podrán examinarse para obtener el Primer Dan, el Segundo Dan y el Tercer Dan.

Aunque hay algunas diferencias con la normativa del kárate, esto ha supuesto un paso gigantesco para los karatecas con discapacidad intelectual. “Estamos contentísimos con esta noticia. Gracias a ello, Carlos y Jesús tendrán la oportunidad de ver reconocido todo el trabajo que llevan haciendo con esfuerzo y dedicación todos estos años y conquistar el puesto que se merecen. El kárate es un deporte muy jerárquico donde el reconocimiento y los grados obtenidos son muy importantes”, explica Antonio Pérez.

Una de las diferencias entre la normativa del kárate y del Para-kárate es la habilitación para ser entrenador. En el primero, con el Primer Dan los deportistas ya podrían obtener el título de monitor, algo que no se ha contemplado en esta nueva normativa para el Para-kárate. Antonio lo tiene claro, esa será su siguiente lucha: conseguir que los deportistas con discapacidad intelectual puedan tener acceso a obtener el título de monitor o, al menos, de ayudante de monitor.

Pero ahora lo principal es que Carlos y Jesús obtengan su Primer Dan por lo que toca entrenar duro y, a partir de septiembre, se pondrán en contacto con el departamento de grados de la Federación de Kárate de Castilla y León para informarse de cuándo será la primera convocatoria.