Noticia25 Ene 20183 minutos de lectura

Mauro Rodríguez: un nadador todoterreno

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(Texto original Xosé Carreira, La Voz de Galicia -edición Lugo).

Es alucinante. Trabaja en la Seguridad Social hasta cerca de las tres, a las cuatro y pico está en la piscina del Fluvial para entrenar por lo menos dos horas y media y aún saca otras dos y pico más para hacer teatro. A mayores, con mucha frecuencia, consigue tiempo para practicar baile. Así es una parte de la vida diaria de Mauro Rodríguez, el lucense de 27 años, con síndrome de Down, que acumula numerosas medallas de oro en natación. Este muchacho es capaz de poner en pie a centenares de personas cuando, por ejemplo, baila funky. ¡Y eso que cuando nació, un médico le dijo a su padre: olvídese, su hijo no podrá llevar una vida normal porque tiene síndrome de Down!

«Nado por término medio tres kilómetros diarios, a veces con series fuertes. Y aumento cuando se avecina algún campeonato importante», advierte Mauro. En el Fluvial hay usuarios de la piscina que se quedan a cuadros cuando se enteran de lo que son sus entrenamientos.
En marzo se celebra el campeonato de España. Quizás en breve haga, en vez de tres, cuatro kilómetros diarios porque le «aprietan» dos medallas que trajo a casa el año pasado. Tiene el oro en 100 y también en 200 metros mariposa, en los que que ostenta el récord de España. El objetivo pasa por mejorar. «Nada se consigue sin esfuerzo, trabajo y dedicación», advierte Mauro.

En junio serán los campeonatos de España por autonomías. Lamentablemente, no estará presente. Su club, el Racing Chapela, no puede participar por la falta de fondos suficientes. Para el día a día van tirando gracias al apoyo de la empresa Darlim de O Porriño, «a la que estamos agradecidos». El fútbol y otros deportes espectáculo con participantes profesionalizados y pendientes de su rentabilidad publicitaria se llevan mucho dinero público. Y para quienes se lo curran, unas migajas.

Mauro recuerda que tuvo que pagar desplazamientos de su bolsillo como, por ejemplo, a México, para poder competir. Allí nadó al día siguiente del vuelo, en una piscina con agua por debajo de los 18 grados y, aún en esas condiciones, logró el sexto puesto. Tanto él como su padre, que le acompañó, trajeron el recuerdo de un trato fabuloso por parte de los organizadores y otros nadadores de países sudamericanos. «Fue realmente precioso y muy emotivo», recuerda su padre.

«Estudié durante un año. En vacaciones me llevé el temario y salí adelante», asegura. Y tan adelante: obtuvo 100 puntos de los 100 posibles. No falló ninguna de las 25 preguntas.

El reto es algo que a Mauro le motiva. En este sentido recuerda que en 2012 atravesó a nado la ría de Vigo en una prueba denominada Desafío Cíes. No fueron ni tres, ni cinco kilómetros. ¡Fueron 12!

Fue el primer gallego con Down que consiguió un puesto de trabajo del Estado.