Educación20 Abr 20184 minutos de lectura

Galicia apuesta por la inclusión educativa de las personas con síndrome de Down

Portada post Galicia apuesta por la inclusión educativa de las personas con síndrome de Down

El acceso a una educación de calidad y en igualdad de oportunidades es un derecho fundamental de todas las personas (tengan o no discapacidad). DOWN ESPAÑA y las asociaciones que la integran trabajan para que la educación inclusiva se convierta en una realidad para todos los alumnos con síndrome de Down, un derecho recogido en el artículo 24 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Síndrome de Down, aprobada por la ONU y ratificada por España en 2008.

Galicia ha dado un paso adelante en la inclusión educativa de las personas con discapacidad intelectual, elaborando el ‘Protocolo para a atención educativa do alumnado coa síndrome de Down e/ou discapacidade intelectual’. Un documento que tiene como eje central el derecho de todo el alumnado a una educación inclusiva, equitativa y de calidad, que promueva sus oportunidades de desarrollo personal, social y laboral a lo largo de su vida.

Este protocolo, que fue presentado por DOWN GALICIA y la Consellería de Educación, Cultura e Ordenación Universitaria esta semana, ha sido elaborado por un grupo interdisciplinar formado por asesores técnicos docentes de esta Consellería, un miembro de los Equipos de Orientación Específicos (EOE), un profesor de un centro de Educación Secundaria y miembros de la Comisión de Educación de DOWN GALICIA.

Durante la presentación, el presidente de DOWN GALICIA, Delmiro Prieto, puso de manifiesto la necesidad de continuar avanzando en el campo de la inclusión educativa del colectivo y quiso agradecer la disposición de la Xunta de Galicia para elaborar un documento “tan necesario como este protocolo”. Prieto destacó que “es un punto de partida importante, que hay que poner en práctica para seguir avanzando, porque a pesar del título del protocolo, es de aplicación universal, ya que la escuela inclusiva es para todo el mundo”.

Por su parte, el conselleiro de Educación, Román Rodríguez, destacó que uno de los pilares básicos de un sistema educativo ejemplar es atender a todas las especificidades del alumnado y que “cada niño disponga de las oportunidades y de las condiciones necesarias para el aprendizaje”. Es decir, “convertir la diversidad en una oportunidad”.

La inclusión como principio

Los pilares fundamentales en los que se asienta el protocolo son:

  • Todo el alumnado tiene el mismo derecho a una educación inclusiva y de calidad como pilar de equidad y justicia social.
  • Consideración del enfoque ecológico: la discapacidad de una persona resulta de la interacción entre la persona y el ambiente en el que se desarrolla. En un ambiente libre de barreras y con los apoyos que necesita, sus capacidades serán cada vez mejores, y muchas de sus limitaciones pueden, incluso, desaparecer.
  • Es responsabilidad de todas las personas que forman parte de una comunidad educativa, tratar de informar, reducir y/o eliminar las posibles barreras y prestar los apoyos necesarios en la búsqueda de un entorno educativo más inclusivo y facilitador.
  • Es preciso crear contextos de aprendizaje universal, que faciliten el acceso y la participación, libre de esas barreras físicas, sensoriales, estructurales, cognitivas, comunicativas, curriculares o cualquier otra, y que tengan especial sensibilidad hacia el alumnado más vulnerable o susceptible de sufrir situaciones de exclusión y/o fracaso escolar.
  • Los contextos educativos deberán ser suficientemente flexibles y comprensivos, de manera que entiendan la diversidad como principio, como señal de identidad que forma parte de la esencia de las personas, una oportunidad de aprendizaje para todos los miembros de una comunidad educativa, y un elemento que enriquece el desarrollo personal y social, y contribuye a mejorar la convivencia y construir una sociedad más justa y tolerante.
  • La personalización del proceso de enseñanza-aprendizaje, que debe adaptarse a las distintas realidades de las alumnas y de los alumnos del sistema educativo: a sus potencialidades, a su desarrollo, a sus ritmos, a sus estilos y a sus particulares formas de ser y de aprender.